Una comida de origen italiano a base de arroz. En su manera clásica de prepararlo también lleva queso parmesano. Es un plato simple, económico y rendidor. En Italia, además de su formato típico, esta receta presenta más de 10 variaciones en donde se le agrega, por ejemplo, pollo, chorizo, calabaza, mariscos o panceta, entre otros. Para hacer un buen risotto es conveniente utilizar un arroz de alto contenido en almidón como el arroz de grano fino, doble carolina o el arroz carnaroli (el ideal), pero puede usarse cualquiera que no tenga el proceso de parbolizado (el que nunca se pasa).
Picar los ajos, cortar las cebollas en finas láminas y rehogar en aceite de oliva. Sal a gusto.
Cuando la cebolla esta blanda, agregar el vino blanco y mantener al fuego hasta que este se evapore.
Agregar el arroz y luego de 3 minutos agregar dos tazas de caldo caliente. Continuar a fuego medio.
Cuando el caldo se evapore agregar dos tazas mas y volver a repetir el proceso tantas veces hasta acabar con todo el caldo y que el arroz llegue a su punto.
Apartar del fuego, servir en una fuente, salpimentar a gusto y añadir la manteca. Luego agregar el queso parmesano rallado y revolver todo para formar una mezcla cremosa.
Es importante revolver el arroz periódicamente para que quede más cremoso ya que esta de esta manera se libera el almidón para generar esa textura característica del risotto.
Se le puden agregar trozos de carne vacuna o pollo, pero siempre recordando que puede sumar calorías.
Con arroz yamaní sale delicioso e incorpora otros nutrientes con más fibra a la preparación.