Los scones, también llamados «panecillos ingleses» son típicos de la zona de Gran Bretaña -pero originarios de Escocia- y son muy populares en el desayuno o a la hora del té. Originariamente en la receta original los scones son dulces, aunque sus variantes saladas se han hecho comunes en todo el mundo. Fáciles de hacer, son ideales para cualquier hora del día.
Mezclar la harina, una cucharada de polvo para hornear, queso rallado y sal en un bowl generando una textura arenosa.
Batir la leche, con el huevo y la crema de leche y agregar aa la preparación.
Unir la mezcla a mano de a poco sin amasar.
Estirar la masa con 2,5 cm de espesor aproximadamente y cortar en círculos de 4 cm de diámetro.
Colocar los círculos de masa en una placa enmantecada, y pintarlas con huevo batido. Cocinar durante 30 minutos.
Podés dejarlos crudos en el freezer hasta 3 meses y cocinarlos cuando quieras
Cuando estén listos, cortalos a la mitad y agregales el relleno que más te guste.