El cerdo asado es un sabroso plato principal de carne que se sirve en ocasiones especiales. La siguiente receta es para preparar un asado crocante al horno y todos los tips para obtener una exquisita corteza. Como acostumbra a suceder con este corte, el lomo es muy valorado por su sabor y ternura.
Al ser una parte del cerdo con carne de muy poca grasa, el lomo de cerdo -al igual que el solomillo- es conveniente tener en cuenta algunas precauciones para conseguir que mantengan sus jugos y su propiedades al hornearlo para conseguir un plato nutritivo y a la vez muy sabroso
Con un cuchillo afilado, haga muchos cortes en la corteza de la pieza de cerdo, llegando hasta la mitad de la capa de grasa debajo de la piel.
Ponga la carne en una sartén y coloque la cebolla cortada en gajos debajo del lomo de cerdo. Extienda una cucharada de sal gruesa uniformemente sobre la carne, presionando con fuerza para que se mantenga firme.
Coloque en el horno y cocine la carne de cerdo durante unos 20 minutos a 240 grados. Luego baje el fuego a 180 grados y cocine por otras 2 horas. La carne, en cambio, estará cocida cuando un cuchillo clavado en la parte más gruesa suelte un líquido transparente que no es nada rosado.
Retire su asado del horno y déjelo reposar durante al menos media hora antes de cortarlo. Mientras tanto, incline la sartén y retire la mayor cantidad posible de grasa formada durante la cocción con una cuchara. Poner la sartén a fuego lento, espolvorear con harina y mezclar enérgicamente con una cuchara de madera.
Subir el fuego y añadir poco a poco el vino blanco y el caldo, removiendo suavemente. Sazonar con sal y pimienta y pasar por un colador para quitar las cebollas. Esta será la salsa para acompañar el asado .
Sirva este lomo asado de cerdo en rodajas asegurándose de que cada uno tenga un trozo de corteza crujiente.
Reemplazar el vino blanco por cerveza (rubia o negra) o bien probar con sidra si se quiere una preparación más dulce.
Otro tip excelente es marinar el trozo de carne de cerdo desde la noche anterior para conseguir que la parte interior de la carne se mantenga jugosa y realce los sabores.